THCa y THC: ¿cuál es la diferencia?
3 de marzo de 2021Green Exchange en TF1
15 de marzo de 2021El cannabidiol, o CBD para los entendidos, es uno de los más de cien cannabinoides conocidos hasta la fecha. Como principal sustancia activa del cannabis terapéutico, ya sabes qué es y cuáles son sus efectos. Pero, ¿conoces la historia del CBD?
La historia del CBD: el antiguo uso del cannabis
El cannabis, hoy un tanto marginado, fue una de las primeras plantas domesticadas por el hombre.
Desde el Neolítico e incluso la Prehistoria, el cáñamo ha sido apreciado por las propiedades medicinales de su resina, sus resistentes fibras y sus semillas, ricas en proteínas y vitaminas.
El primer manuscrito que menciona el uso terapéutico del cannabis se remonta al año 2800 antes de Cristo. Se trata del famoso manifiesto medicinal chino Shennong bencao jing, que clasifica el cannabis como una sustancia destinada a prolongar la vida.
La egiptóloga Lise Manniche también informa sobre el uso ancestral de la marihuana como planta medicinal. Se describe en varios textos egipcios, entre ellos uno que data del siglo XVIII a.C. En la antigua Grecia, el cáñamo también se utilizaba por sus propiedades terapéuticas, sobre todo para aliviar el dolor.
El cannabis se utilizó con fines medicinales en todas las épocas, desde la Edad Media y el Renacimiento hasta el siglo XIX. En la década de 1830, Sir William Brooke O'Shaughnessy estudió los efectos beneficiosos del cáñamo en pacientes con reumatismo, cólera y tétanos.
Pero a partir de los años veinte, el uso terapéutico del cannabis pasó a un segundo plano. Por el contrario, su efecto psicotrópico pasó a primer plano... Y la investigación científica, necesitada de legitimidad, se paralizó, o casi...
Raphael Mechoulam, padre de CBD
En 1940, el químico estadounidense Roger Adam aisló el primer cannabinoide. Curiosamente, no era THC, sino CBD. No fue hasta los trabajos de Cahn cuando se aisló el THC.
Se trata de un descubrimiento decisivo, ya que los cannabinoides (y más concretamente el CBD) parecen ser las moléculas responsables de los efectos terapéuticos descritos en cientos de tratados medicinales de todo el mundo.
Sin embargo, pasarían unos veinte años antes de que el Dr. Raphael Mechoulam identificara formalmente la estructura química del CBD (C21H30O2), seguida de la del THC (C21H30O2).
En una entrevista, el científico explica: "A principios de los años 60, la morfina ya se había aislado del opio hacía más de 150 años, mientras que la cocaína se había estudiado un siglo antes. Pero todavía no se había hecho nada con el cannabis.
Gracias al descubrimiento del Dr. Mechoulam, por fin comprendemos que los efectos del cannabis son inducidos por dos cannabinoides muy diferentes. El THC, con propiedades psicotrópicas. Y el CBD, con posibles propiedades terapéuticas.
La asociación entre el cannabis y la cultura hippy está perdiendo parte de su fuerza. Y los científicos fueron ganando poco a poco el beneplácito de la esfera política. En Nuevo México, por ejemplo, se aprobó la ley de 1978: por primera vez se reconocía legalmente el valor medicinal del cannabis.
El mundo científico se interesa (por fin) por el CBD
El Dr. Raphael Mechoulam prosigue sus investigaciones y demuestra que el CBD es capaz de reducir e incluso bloquear las convulsiones provocadas por ataques epilépticos en primates. También ha destacado sus propiedades ansiolíticas, lo que convierte al CBD en un posible tratamiento natural para los trastornos de ansiedad.
Con estos dos prometedores descubrimientos, el CBD atrae la atención de la industria farmacéutica y los experimentos científicos se aceleran.
En 1973, un equipo de investigadores brasileños confirmó el descubrimiento del Dr. Raphael Mechoulam de que el CBD era eficaz contra los ataques epilépticos en humanos. Al año siguiente, se demostró formalmente su efecto antipsicótico.
En 1988, el descubrimiento del sistema endocannabinoide (SCE) y de los receptores CB1 y CB2 atrajo la atención de los científicos, y con razón: al parecer, el cuerpo humano está biológicamente predispuesto a asimilar las sustancias activas del cannabis.
Al mismo tiempo, descubrimos que nuestro cuerpo sintetiza cannabinoides de forma natural y autónoma. Se distingue entre endocannabinoides, producidos por el organismo, y fitocannabinoides, de origen vegetal.
En los años siguientes, continuaron las investigaciones sobre el CBD. Se destacaron sus propiedades antioxidantes y neuroprotectoras . Esto abrió todo un nuevo abanico de posibilidades, sobre todo para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer.
La industria del CBD y sus perspectivas
A principios de diciembre de 2020, la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas (CND) decidió retirar el cannabis de la Lista IV de la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes. En esta ocasión, la OMS también especificó que el CBD no está sujeto a controles internacionales.
Más de 50 países han legalizado ya el consumo de cáñamo terapéutico, una forma de cannabis que no contiene THC (menos del 0,2%). Por tanto, no tiene efectos psicotrópicos.
La industria del CBD tiene un brillante futuro por delante. Sus efectos terapéuticos son cada vez más evidentes y cada día nuevos actores contribuyen a dar a conocer mejor esta pequeña molécula a los consumidores.
Los consumidores tienen ahora fácil acceso a productos de CBD de calidad, ya sea en tiendas o en línea. Por fin, puede que las cosas estén a punto de cerrar el círculo : el CBD está a punto de recuperar el lugar que se merece.